En raras ocasiones es difícil asociar el equipo que tienes delante con el sonido que estás escuchando.
Tomemos como ejemplo el asombroso subwoofer KEF KC62 – es diminuto, con sólo 25 cm por lado, con un par de conductores de sólo 16,5 cm de diámetro, y sin embargo, este altavoz aparentemente milagroso ofrece un bajo masivo, rápido y tenso controlado hasta profundidades subterráneas.
El KC62 es tan pequeño que se puede esconder en casi cualquier sitio, pero su rendimiento se debe a un diseño inteligente: los transductores opuestos utilizan cancelación de fuerza Uni-Core, cada uno de ellos alimentado por un amplificador de 500 W, todo ello bajo el control del procesamiento digital de la señal.
¿Quieres más diversión? Pruebe a utilizar dos de ellos.