Uno de los criterios importantes para clasificar los amplificadores es la distinción entre amplificadores integrados y los que son separados.
Cada amplificador consta de dos secciones básicas: el preamplificador (entradas, ajustes, ganancia preliminar) y el amplificador final (amplificadores de potencia). En un amplificador integrado están alojados en una única carcasa, en un único dispositivo. En un amplificador dividido, están alojados en cajas separadas y pueden considerarse como dispositivos independientes. El amplificador de potencia estéreo, por otro lado, se puede dividir en dos amplificadores mono, los llamados monoblocs.
La tarea básica de cada amplificador es amplificar la señal del dispositivo fuente (por ejemplo, un reproductor de CD) y entregarla a los juegos de altavoces. El nivel máximo de volumen dependerá de la potencia del amplificador, de la potencia de los juegos de altavoces y de su eficiencia, es decir, de la eficiencia con la que convierten la potencia eléctrica en presión acústica.